USO DE MEDICAMENTOS EN LOS ANCIANOS O ADULTO MAYOR

Existen algunos aspectos diferenciales que deben ser tenidos en cuenta. En primer lugar se debe valorar la necesidad real del tratamiento farmacológico. Recordemos que muchos de los síntomas referidos por los ancianos no requieren tratamiento farmacológico y pueden ser controlados con otras medidas. Además, debemos tener la certeza que el fármaco elegido es el más idóneo para el anciano, lo que puede ser una buen alternativa terapéutica en los adultos, puede no serlo en el anciano o adulto mayor. El uso racional de los medicamentos es fundamental para que su efecto sea el deseado.

La polimedicación es un problema importante en los más mayores. Hay que asegurarse que el paciente esté tomando el menor número de fármacos necesarios. Los ancianos muchas veces consumen medicamentos sin una indicación clara, ya sea por prescripción del médico o por la automedicación.

Para facilitar la administración de los fármacos debe elegirse el tipo de presentación farmacéutica más idónea. Las presentaciones sólidas, como cápsulas, comprimidos o tabletas, son mal toleradas por los ancianos, ya que resulta difícil su deglución. El uso de presentaciones líquidas, como jarabes, soluciones y comprimidos efervescentes, constituye una alternativa mucho mejor y adecuada. Aunque los supositorios, en general, no son una buena forma de administración de medicamentos en los adultos, en los ancianos pueden resultar algo más útiles.

Actualmente existe para la dosificación de los medicamentos el sistema SPD (Servicio Personalizado de Dosificación). Sistema en bolsitas individuales con medicación personalizada. Es una manera muy cómoda y segura de tomar la medicación, no importa la edad, ni el tiempo de tratamiento, al estar dosificada en bolsitas individuales (y personalizadas) no crea problemas para saber si tomó la dosis adecuada en el momento oportuno por lo que es una ventaja.

Al utilizar medicamentos cuya forma de administración sea compleja o difícil de comprender, como los aerosoles, se debe explicar claramente al enfermo la forma correcta de utilizarlos, y siempre debe informarse al paciente o a la persona encargada del anciano de los motivos por los que se prescribe el fármaco, cuáles son los efectos terapéuticos que se esperan y cuáles los efectos secundarios que se han de vigilar.

El abandono de los tratamientos es otro de los problemas en el adulto mayor. Se debe ser consciente de la posibilidad del incumplimiento terapéutico e instruir a los pacientes sobre lo que deben hacer en caso de olvidar alguna dosis. Para evitar los abandonos debe simplificarse la pauta terapéutica al máximo y si es posible, hacer coincidir la toma del medicamento con alguna actividad, como pueden ser las comidas, que refuerce la memoria del paciente. De ser posible, se elegirán fármacos o presentaciones farmacéuticas (SPD) que permitan una sola administración diaria, ya que la mayor comodidad mejora el cumplimiento en su administración.

Resumiendo, ante un paciente geriátrico siempre hay que intentar que tome la menos cantidad de medicamentos posible, prescribir formas farmacéuticas que sean toleradas de forma correcta y con pautas sencillas y cómodas, ajustar la dosis y educar al paciente o a los familiares acerca del uso correcto de los fármacos y de la importancia de la no automedicación.

Importante: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él/Ella le informará sobre cualquier cuestión o duda que puedas tener. Recuerda que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.

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